Esta semana se han reanudado las excavaciones arqueológicas en el entorno de Sant Pere el Gros, una intervención que debe permitir conocer los orígenes y la evolución de la iglesia, el antiguo monasterio y un posible asentamiento anterior.

JUEVES 28 OCTUBRE 2021

La campaña de excavaciones, que tendrá una duración de tres meses, continuará los trabajos arqueológicos que se llevaron a cabo el año 2010. Irán a cargo del propio arqueólogo, Joan Ramon Rodríguez Ximenos, y representarán una inversión de unos 5.000 euros, financiada por el Departamento de Cultura de la Generalitat.

La actuación consistirá en desbrozar el espacio de bosque que queda aún por intervenir y excavar en extensión todas las estancias. La finalidad es poder tener en planta toda la estructura del monasterio y ampliar la información que se tiene del conjunto hasta el momento.

En la anterior campaña, cualquiera 2010, los resultados de los trabajos arqueológicos fueron muy positivos, ya que aparecieron una serie de muros y estructuras correspondientes a las dependencias del monasterio, así como varios entierros. También se recuperaron objetos y restos materiales.

La regidora de Cultura, Merced Carulla, y la directora del Museo de Cervera, Carmen Bergés, junto con el arqueólogo responsable de las excavaciones, Joan Ramon Rodríguez Ximenos, han visitado los trabajos. Mercè Carulla ha afirmado que “es una buena noticia que se puedan reanudar las excavaciones después de más de 10 años, en torno a un elemento tan singular del patrimonio monumental de la ciudad como es Sant Pere el Gros”. Carulla ha añadido que “esperamos seguir dignificando el espacio, con posteriores ayudas del Departamento de Cultura, para que pueda disfrutar su población”.

San Pedro el Gordo

La iglesia prerrománica de Sant Pere el Gros se encuentra dentro de la categoría de Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), ya que es una de las pocas iglesias del siglo XI de planta redonda existentes en Cataluña.

Otro atractivo de Sant Pere es que a partir del siglo XI se estableció una pequeña comunidad de monjes benedictinos que dependían del monasterio de Ripoll. Éstos edificaron un priorato con sus dependencias (habitaciones, almacén, células, estable, cocina…), al que pronto se le añadió una nueva construcción: el molino. Por tanto, el cenobio estaría estructurado en tres unidades: la iglesia, las dependencias del monasterio y un molino (conocido como del Grao).

Las excavaciones permitirán conocer las estancias y la estructura del antiguo monasterio.